5.8.08

Iconocrash

(Cold steel rails)


Una vez por semana hay secretos que requieren ser publicados, el día de visita viene a interrumpir el silencio que tejo entre los barrotes de metal blanco y ellos son los que visitan al escritor aprovechando su soledad, su efectivo aislamiento, que le hace tener sed. Vienen entonces los que se empeñan en salvarme, sed de rescate de victoria sobre las palabras los que encuentran divertido quererme, que se nos han escapado traicionándonos los que en mí quisieran apreciarse, sed de vencer restarse por la palabra y conocerse a sí mismos los instantes vacíos idos. [...] Con sus tijeras de uñas raspan el fracaso incesante de los barrotes esmaltados en dejarnos ir por el tiempo blanco de mi cama.

GRASS, G., El tambor de hojalata, 1959
ZAMBRANO, M., Hacia un saber sobre el alma, 1950


Can you tell a green field
from a cold steel rail,
a smile from a veil...
Do you think you can tell?


Pink Floyd,
Wish you were here


A menudo me encuentro más cómodo solo entre mis palabras que en compañía de vuestras imágenes. Imágenes como trozos de mierda virgen delicadamente cultivados. Imágenes mudas, llenas de tierra yerma, inconfesablemente inútiles, nacidas muertas. Epidemia del silencio satisfecho que es creer poseer una verdad que jamás habéis encontrado.

A menudo también, siento el impulso animal de salir de noche, solo, a fotografiar escombreras. A arrancarles mi mirada, que es lo mismo, a violarlas, esperando que cuenten de mí cosas que yo no sabría explicar. Lo considero una forma de pecado. Se trata de alguna clase de patología cuasi espiritual, derivada del repetir a los niños una y otra vez la extendida falacia de que una imagen vale más que mil palabras. Es el producto de no saber usar un lápiz, elevado a la categoría de arte por aquellos que quisieran ser poetas y no pueden. Es la cobardía de la era del celuloide.