2.9.09

East radio steam

(Schizophrenic attacks in the mall)


Then I looked over
just in time to see her smiling back at me
and saying: "Everything is OK",
as long as you're inside my blue veins...


The Raconteurs,
Blue Veins


Hay un azul pajizo, de tripas rugientes a las seis de la mañana, que tiñe de años setenta cada foto que toca. Convierte los matorrales al linde de la playa en una melena leonina, enmarcando ojos acechantes que miran convencidos a un infinito fuera de plano. Es un color de aspereza sutil, un pasar la lengua sobre un lienzo de Sorolla. Una sensación incómoda que se vuelve lenta y silenciosamente familiar.

Su comportamiento es el de un auténtico virus: se expande por al aire devorando, siempre devorando incansable, las líneas entre el recuerdo y el sueño. Al fin entra, colándose a través de chapa y pintura en la radio del coche... Y se acabó. Tu muerte llegará a través de un Sunday, bloody sunday.

23.7.09

Welcome to our cannibal show

(Hit & run)


Time keeps movin’ on. Friends? They turn away.
I keep movin’ on, but I never found out why...
I keep pushing so hard the dream,
I keep tryin’ to make it right through another lonely day.


Janis Joplin,
Kozmic Blues


El Parnaso está lleno de bonitos cadáveres rockeros. Jim Morrisons de tres al cuarto a los que se les iluminaban los ojos pensando en los titulares que coparía la noticia de su muerte. Éste, en concreto, exhaló su último aliento mientras se masturbaba, soñando con los gritos histéricos de las fans durante su fastuoso funeral... Tres días más tarde, su foto descompuesto y con el falo entre las manos daba la vuelta al mundo.


Las palabras no tienen por qué significar nada.
Mientras lo hagan por completo.

7.6.09

The piano string murder

(First degree timecide)



Vaya pesadilla, corriendo con una bestia detrás...
Dime que es mentira todo: un sueño tonto y no más.
Me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz.

[...]
Creo en los fantasmas terribles de algún extraño lugar
y en mis tonterías para hacer tu risa estallar.


Antonio Vega,
Lucha de gigantes


De noche, los adoquines son silencios ennegrecidos por un juramento cómplice. Pasar entre ellos es abrirse paso a través de una multitud callada, que se siente ofendida por la ausencia del respeto debido a quién sabe qué; las grietas entre ellos me devorarían, rabiosas, si no estuvieran rellenas de un cemento dictador que las retiene encadenadas en las profundidades...

Un via crucis de colillas mal apagadas guía pasos como sacrilegios. Y todo es luz eléctrica, luz eléctrica y aguas fecales, corriendo por las duras venas subterráneas de una ciudad a punto de cortárselas.

1.6.09

Many shades of blood

(Mad dog's blues)



In a white room with black curtains near the station,
blackroof country, no gold pavements, tired starlings.
Silver horses ran down moonbeams in your dark eyes.
Dawnlight smiles on you leaving, my contentment.


Cream,
White Room


La mañana después de ti, la ducha es una cámara de gas.

Como un serial killer que rodeado de un silencio ritual -roto tan solo por el correr del agua- repasa con un estropajo su cuchillo, arrancando los coágulos y borrando las vetas dibujadas por la sangre a lo largo de la hoja. Alejándose lo indecible de sí mismo con cada golpe de muñeca. Cada caño que resbala por la piel se convierte en una lluvia de eslabones de cadena, pesados, que laceran la espalda con su óxido y se hunden dentro del cuerpo, hasta las entrañas, para empezar a devorarlo todo como ratas hambrientas.



La mañana después de ti, ducharse es un suicidio políticamente correcto.

4.5.09

Noumenic bass guitar

(Eros & Thanatos)



Always play to win
but always seems to lose.
That's why I think I got
the rich kid blues.

The Raconteurs,
Rich Kid Blues



Nos quedan ceniceros llenos de un extraño vapor etílico. Diosecillos que hacen de la carne tiempo y del silencio metadona. Necesidades histriónicas; placebos filosóficos como nebulizadores llenos de un absurdo calor fantasmagórico, de aliento sedante. Contrabajos ex machina, que sigue marcando el mismo ritmo entre los dos... Y salitre, un salitre que mancha todo lo que toca y que significa demasiadas cosas como para querer aspirar a entenderlo.

Nos queda un lenguaje hecho de distancias difíciles de comprender y de un miedo, dulce, que hace noche en el rabillo de los ojos.


Nos quedamos.

23.2.09

The way I drink the blues

(Cognilingus)

Un mundo no es una mera agrupación de cosas presentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. Un mundo tampoco es un marco únicamente imaginario y supuesto para englobar la suma de las cosas dadas. Un mundo hace mundo y tiene más ser que todo lo aprensible y perceptible que consideramos nuestro hogar. Un mundo no es un objeto que se encuentre frente a nosotros y pueda ser contemplado. Un mundo es lo inobjetivo a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser. Donde se toman las decisiones más esenciales de nuestra historia, que nosotros aceptamos o desechamos, que no tenemos en cuenta o que volvemos a replantear, allí, el mundo hace mundo.

HEIDEGGER, M., El origen de la obra de arte, 1935.

Somebody help me:
Lord, I'm in misery...
I had enough of the blues,
but the blues ain't had enough of me.


Gary Moore,
Enough of the blues


Porque estás hecha de mí. Y sabes a una extraña derrota. A libertad desoladora y asfixiante de mañana de domingo; a esa culpa naciente tras asesinar el idilio burgués de unos padres jóvenes, que pasean por el parque, con tu presencia que hiede a tierra seca y whisky solo. Y después sabes a matadero y a pólvora quemada.

Porque no quieres saber a qué sabe saberse sabida, pero sabes que -aunque sólo sea en eso- te sé. Por eso no hay mundo.

9.1.09

The man with the harmonica

(Wille zur macht)


¡Morir por la patria, por una idea! No, eso es una simpleza. Incluso en el frente, de lo que se trata es de matar... Morir no es nada, no existe. Nadie puede imaginar su propia muerte. Matar es la cuestión. Ésa es la frontera que hay que atravesar. Sí, es un acto concreto de tu voluntad, porque con él das vida a tu voluntad en otro hombre.

De la carta de un joven voluntario de la República Social Fascista,
PAVONE, C., Una guerra civile: Saggio storico sulla moralità..., 1991.


Entre mis adioses hace tiempo nunca hubo un adiós a las armas.