7.1.07

Bohemian Coffee: deudas de vida


How does it feel:
to be on your own,
with no direction home.
Like a complete unknown.
Like...

Bob Dylan,
Like a rolling stone


La mañana estaba ya entrada, aunque no sabría decir qué hora era. Recuerdo que por aquel entonces tenía el pelo largo. Viene a cuento porque andaba yo recogiéndome la coleta, con la camisa a medio abrochar, los ojos aún pegados, bajando el escaloncillo del pasaje. El cuadro de la escena bien podría parecer uno de tantos, de postal julioromeriense -conseguido a base de cal y empedrado viejo por todas partes-, salvo por los rotos en las fachadas y la mierda calculadamente esparcida por la calle. Visto hoy, la imperfección del paisaje era el único indicio de realismo.
Tú estabas justo en el portal de enfrente, con las llaves ya en la mano. En chándal; sin afeitar. Me miraste y sonreíste. Igual que yo. '¿De dónde sales?', '¿Pero tú vives aquí?' se nos cruzaban las frases. Por aquel entonces apenas sí nos conocíamos. Tú eras Fulano, el amigo de Mengano, y yo viceversa.
Te reías porque, sin que yo te lo dijera, sabías exactamente de dónde venía y cómo me sentía. Yo sonreía cabizbajo porque sabía que lo sabías. Hablamos de tonterías. Y entonces me miraste de arriba a abajo, perdonándome por algo que no conseguías entender como un pecado, antes de abrir la puerta y decirme aquello de 'Anda, pasa... ¿quieres un café?'. Joder, que si lo quería. 'Mataría por un café'.



Aún mataría por ese café.