1.6.09

Many shades of blood

(Mad dog's blues)



In a white room with black curtains near the station,
blackroof country, no gold pavements, tired starlings.
Silver horses ran down moonbeams in your dark eyes.
Dawnlight smiles on you leaving, my contentment.


Cream,
White Room


La mañana después de ti, la ducha es una cámara de gas.

Como un serial killer que rodeado de un silencio ritual -roto tan solo por el correr del agua- repasa con un estropajo su cuchillo, arrancando los coágulos y borrando las vetas dibujadas por la sangre a lo largo de la hoja. Alejándose lo indecible de sí mismo con cada golpe de muñeca. Cada caño que resbala por la piel se convierte en una lluvia de eslabones de cadena, pesados, que laceran la espalda con su óxido y se hunden dentro del cuerpo, hasta las entrañas, para empezar a devorarlo todo como ratas hambrientas.



La mañana después de ti, ducharse es un suicidio políticamente correcto.

4.5.09

Noumenic bass guitar

(Eros & Thanatos)



Always play to win
but always seems to lose.
That's why I think I got
the rich kid blues.

The Raconteurs,
Rich Kid Blues



Nos quedan ceniceros llenos de un extraño vapor etílico. Diosecillos que hacen de la carne tiempo y del silencio metadona. Necesidades histriónicas; placebos filosóficos como nebulizadores llenos de un absurdo calor fantasmagórico, de aliento sedante. Contrabajos ex machina, que sigue marcando el mismo ritmo entre los dos... Y salitre, un salitre que mancha todo lo que toca y que significa demasiadas cosas como para querer aspirar a entenderlo.

Nos queda un lenguaje hecho de distancias difíciles de comprender y de un miedo, dulce, que hace noche en el rabillo de los ojos.


Nos quedamos.

23.2.09

The way I drink the blues

(Cognilingus)

Un mundo no es una mera agrupación de cosas presentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. Un mundo tampoco es un marco únicamente imaginario y supuesto para englobar la suma de las cosas dadas. Un mundo hace mundo y tiene más ser que todo lo aprensible y perceptible que consideramos nuestro hogar. Un mundo no es un objeto que se encuentre frente a nosotros y pueda ser contemplado. Un mundo es lo inobjetivo a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser. Donde se toman las decisiones más esenciales de nuestra historia, que nosotros aceptamos o desechamos, que no tenemos en cuenta o que volvemos a replantear, allí, el mundo hace mundo.

HEIDEGGER, M., El origen de la obra de arte, 1935.

Somebody help me:
Lord, I'm in misery...
I had enough of the blues,
but the blues ain't had enough of me.


Gary Moore,
Enough of the blues


Porque estás hecha de mí. Y sabes a una extraña derrota. A libertad desoladora y asfixiante de mañana de domingo; a esa culpa naciente tras asesinar el idilio burgués de unos padres jóvenes, que pasean por el parque, con tu presencia que hiede a tierra seca y whisky solo. Y después sabes a matadero y a pólvora quemada.

Porque no quieres saber a qué sabe saberse sabida, pero sabes que -aunque sólo sea en eso- te sé. Por eso no hay mundo.