20.8.07

Myth Killers

(De ocasos e ídolos)


En una mesa, los dos poetas juntan pedazos de un día falso...
Porque, de noche, recién empieza la furia que te atraviesa:
de los amantes de hacer el martes en una mesa.

Andrés Calamaro,
El Ritmo del Lunes


Cubridnos con vuestro esperma sagrado, como si fuese maná. Llenadnos de humanidad o, lo que es lo mismo, de vosotros. Hacednos soñar por un momento que os llegamos a la suela de los zapatos. Sentíos mejores, pero en silencio: pobre plebe de lo contrario.
Si alguien se queja... Es porque nunca tuvo algo de humano.



A fin de cuentas, sólo hay dos tipos de papel: higiénico y en blanco.

10.8.07

Metaphysical Murder

(Sumideros)


Las epidemias fueron anteayer,
las arrugas son de plastilina;
[...]
y en una pecera con espinas...
Flotan las ruinas de los cabarets.

Joaquín Sabina,
69 Punto G


El horizonte era un pelo de segueta blanco, capaz de cortar sin que le temblara el pulso las pupilas de aquel par de perros andaluces. Por manojos, como se cortan los cristales encostrados de hielo y asco, devorados por una sangre aguada. Como se amputa, frágil, la inconsciencia de un yo latente durante los apagones. Violento e indoloro. Efímero e inmutable. Uno mismo, solo, desnudo, cruel, de repente. Dejando atrás tan solo el miedo a volver a ser, a que una sanguinaria autopercepción renazca. Revendiendo su herencia de cuerpo presente.

Ya había anochecido otras muchas veces, pero no sin un amanecer de por medio.

6.8.07

Deadlands

(Where we were)


I'm goin' out walkin',
walking down through the park;
I'm gonna walk in the moonlight,
till the night gets dark.

Muddy Waters,
Walking thru the park


No significó nada para nuestros padres. No lo significará para nuestros hijos. Ni siquiera lo significó para nosotros: sólo fue el marco casual para un cruce hiperentrópico -cuasi cósmico- de personas y segundos.

Sé que -al contrario de lo que piensan algunos- no lloraré cuando vuelva a ver aquella piscina de cemento. Y que, como siempre, me odiaré por no saber hacerlo. Sé que iré solo, y que no habrá quien tenga que entenderme. Y será mejor así: sin guitarras, sin cervezas, sin hielo y sin aliento. Como si un mar de sangre y cristales no me fuese horadando, desde dentro, las paredes del cráneo.

Sé que no tiene nada que ver con ella... Como también sé que las botellas vacías recorriendo esa plaza serán el subtítulo que con más orgullo llevemos en nuestras esquelas.