23.2.09

The way I drink the blues

(Cognilingus)

Un mundo no es una mera agrupación de cosas presentes contables o incontables, conocidas o desconocidas. Un mundo tampoco es un marco únicamente imaginario y supuesto para englobar la suma de las cosas dadas. Un mundo hace mundo y tiene más ser que todo lo aprensible y perceptible que consideramos nuestro hogar. Un mundo no es un objeto que se encuentre frente a nosotros y pueda ser contemplado. Un mundo es lo inobjetivo a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser. Donde se toman las decisiones más esenciales de nuestra historia, que nosotros aceptamos o desechamos, que no tenemos en cuenta o que volvemos a replantear, allí, el mundo hace mundo.

HEIDEGGER, M., El origen de la obra de arte, 1935.

Somebody help me:
Lord, I'm in misery...
I had enough of the blues,
but the blues ain't had enough of me.


Gary Moore,
Enough of the blues


Porque estás hecha de mí. Y sabes a una extraña derrota. A libertad desoladora y asfixiante de mañana de domingo; a esa culpa naciente tras asesinar el idilio burgués de unos padres jóvenes, que pasean por el parque, con tu presencia que hiede a tierra seca y whisky solo. Y después sabes a matadero y a pólvora quemada.

Porque no quieres saber a qué sabe saberse sabida, pero sabes que -aunque sólo sea en eso- te sé. Por eso no hay mundo.